Seguimos entrampados en la misma postura: la ideología por encima del ciudadano.
Acotados todos límites ideológicos y forjadas todas las estancias en las que unos y otros han de decidido ocupar, residimos en tiempos donde las ideologías señalan y violentan, donde la estancia ideológica no nace para proponer posibilidades sino para golpear las posibilidades de las otras estancias.
El cielo se ha llenado de ideologías y de dioses pugnando cada uno por imponer las suyas, y en esas mesas redondas, los dioses han dejado de mirar abajo, a los ciudadanos y a sus necesidades. Solo se miran entre ellos, luchan y se exhiben.
A cada instante, y por turnos, se suben sobre la mesa, gritan que las leyes de la naturaleza económica, social o del bienestar, son las que sustentan la ideología que proponen, y cada uno, fundamentado en su propia ceguera, se atrinchera en su posicionamiento.
Desde abajo, los ciudadanos solo escuchan el rumor de truenos y tormentas, de violentos vientos que destruyen lo construido. No llueve, no hace sol. El tiempo surgido de la ceguera de los dioses y sus ideologías, es un desapego cotidiano que no deja que las estaciones transcurran.
Las ideologías siguen golpeando a los ciudadanos, prosiguen en su línea generacional de muertes, pobreza, asfixia, apuntalando las vanidades de dioses que, en verdad, solo son otros hombres disfrazados.
Andrés Expósito (Director y fundador)
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Escritor, poeta y articulista.