París, 21 de febrero de 1903: La cantante cubana Rosa Culmell daba a luz a Ángela Anaïs Juana Antonia Rosa Edelmira Nin Culmell. El padre, el compositor y pianista cubano, Joaquín Nin, las abandonaría cuando Anaïs contaba tan solo once años. Ella comenzaría entonces a escribir diarios sobre su vida, al principio dirigidos en forma epistolar a su padre, a quien no vería en los siguientes veinte años. Después, estos diarios se convertirían en obra de referencia autoanalítica. En ellos expone a corazón y mente abiertas sus deseos, sus anhelos, sus emociones, pero también toda una exquisita variedad de reflexiones acerca de lo humano, del arte y de la escritura y la literatura.
No solo fue atrevida al publicar sus Diarios, los cuales tuvieron que ser expurgados en sus primeras versiones de aquellos fragmentos en los que mentaba a personas aún presentes en su alrededor. También lo fue por publicar narrativas eróticas y pornográficas que compilaría en Delta Venus y Pajaritos. Y aun queda en controversia, y quedará sin saberse a ciencia cierta, si las confesiones incestuosas para con su padre encontradas en sus Diarios fueron realidad como aseguran los mismos, o ficción como quiso desmentir su hermano. Lo cierto es que fue una de las primeras mujeres occidentales en adentrarse en la literatura erótica, y reconocida como una de las más insignes figuras en dicho campo.
París, Nueva York, Los Ángeles, Hugh Guiler, Henry y June Miller, Rupert Pole… Triangulaciones geográficas y amorosas. Casada con dos hombres a la vez, sin saberlo ellos; iniciada por June Miller en el voyeurismo y el safismo (o lesbianismo); Anaïs vivió una intensa vida, llena de pasión, pero también con una carga intelectual espléndida para el análisis y la reflexión. Analizada por Otto Rank (discípulo de Freud), llegará ella misma a ser psicoanalista en Nueva York.
Henry y June, la película dirigida por Philip Kaufman en 1990, está basada en la obra homónima de Anaïs cuyo contenido se origina en sus Diarios en base a su relación con el matrimonio Miller. La casa del incesto será llevada al teatro bajo adaptación por Georgina Tábora.
En 1973 será honoris causa por el Philadelphia College of Art. Un año después será elegida para el Instituto Nacional de las Artes y las Letras. Su salud estaba ya quebrada por un tumor de ovarios. En 1977, su cuerpo, yermo ya de toda vida, será incinerado y esparcido en forma de ceniza sobre la bahía de Santa Mónica.
A continuación les brindamos algunos extractos de su Diario IV.
“Escribo álgebra emocional. Durante toda mi vida me prometí a mí misma empezar por el principio y contar la historia muy simplemente, paso a paso. Luego, cuando empecé, lo primero que me sucedió fue que mis pulsaciones se aceleraron, mi ritmo se hizo jadeante y fue así como me lancé a la búsqueda de la quintaesencia de la realidad emocional.”
“Utilizo el lenguaje de la emoción y de los sentidos, que es distinto al lenguaje del intelecto.”
“Lo que tiene que decir el poeta es tan frágil como la nieve, pero tan poderoso como el diluvio. ¿Será el poder de la sensibilidad el que fecundará las grandes y concretas ciudades del mañana con el agua necesaria? El sentimiento alimentará las raíces y las hará crecer, y fecundará a los millones de células que se descubren a través del microscopio.”
Poeta, licenciada en Filosofía y grado superior en Diseño.