En Tiempos de Aletheia

EL LENGUAJE DE LOS OJOS

Personalmente pienso que el sentido más importante del ser humano, entre los cinco o seis que tiene, es la visión. Pero como en este mundo ni es todo blanco ni todo negro, cada uno está en su pleno derecho a discrepar sobre lo dicho u opinar lo contrario con entera libertad.

Generalmente, antes de emitir un juicio sobre algo, intento sacar a la luz lo fundamental y asumirlo, con la finalidad de no arrepentirme después de haberlo puesto de manifiesto.

Con lo cual me reafirmo en lo dicho porque no hay nada más elocuente que la cara, el rostro y, en él, los ojos. Y es que un rostro vive al abrirse los ojos.

Si alguien nos mira, estamos con él o ella, comienza a vivir para nosotros. Nos dice que ama y se emociona; se entusiasma… se dilatan sus pupilas.

De igual forma el que desprecia, está disconforme o simplemente enojado aparta los ojos. Y es más, si se aburre cierra las pupilas, que dicen que son las ventanas del alma. Buenos y malos, serenos, dulces y airados, grises, fríos. En fin son múltiples las cosas que se pueden decir de los ojos.

Es en el ser humano donde la fuente principal de conocimientos sensoriales es la vista.

Y es que atendemos y nos volcamos hacia fuera, fundamentalmente con la mirada y, en esto, me parece que estamos todos de acuerdo. No me cabe la menor duda.

Aunque nuestros ojos no digan nada, el ser humano que los mira sobre-entiende mucho o todo. Atribuimos a la mirada lo que pensamos, sentimos, disponemos, alcanzamos y valoramos cuando algo o a alguien miramos.

Por todo lo que significan y por lo mucho que nos sirven, los ojos son órganos que tenemos en alta estima. Es por ello que, junto con el valor que tienen, se les supone significación, expresividad. Cuando nos viene el conocimiento a través de los ojos, es lógico que pensemos que los demás nos comunican el suyo por el mismo medio. Es decir, hacemos a los ojos el centro de nuestras percepciones.

Efectivamente son el centro. Todo lo demás, el rostro y el cuerpo, el tono y la palabra, están a su alrededor. La sonrisa, la mano, y la verticalidad poseen lenguajes específicamente del ser humano. Sin embargo, no pasa así con la mirada, que es patrimonio común a muchos otros seres vivos. Pero los ojos, con una predilección, si se quiere, muy corporativista, se fijan en sus colegas, les hacen el centro, y les cuelgan lo que dicen los demás.

Una vez leído lo anteriormente expuesto es posible que alguien se pregunte a qué viene esta especie de proclama puesta de manifiesto acerca de los ojos.

Pues bien. Hace algún tiempo llegó a mis manos una opinión publicada en el diario Faro de Vigo que firma Agatha De Santos. En dicha opinión De Santos comenta el estilo de vida de un paciente de Parkinson: En este caso, se trata de Roberto, desde este instante, nuestro amigo solo por el hecho de ser como nosotros, paciente de Parkinson, y por lo manifestado al citado Diario en un reducido reportaje, lleva una vida de cierta calidad, lo que significa una gran alegría para nosotros que, como todos los pacientes afectados de Parkinson, le planta cara a este desconocido mal y al mismo tiempo conocido desde hace 3000 años.

Hasta aquí, nuestro amigo Roberto, no difiere ni un 4% en el día a día de este “mal sueño” respecto de otro paciente que resida en lugar distinto. Sin embargo hay algo que me desconcierta y hasta me asombra ver como titulares en el susodicho reportaje; perlas como “AL PARKINSON LE DUELEN LAS MIRADAS” y esta otra que no tiene desperdicio “LAS PERSONAS CON ESTA DOLENCIA QUE PRESENTA SÍNTOMAS MOTORES VISIBLES SE ENFRENTAN EN MUCHAS OCASIONES CON EL RECHAZO SOCIAL, DEBIDO AL DESCONOCIMIENTO DE SU ENFERMEDAD”.

Con la inestimable ayuda del equipo de gobierno de nuestro Ayuntamiento soy cofundador de Astur-Occidente Parkinson, (atención social, fisioterapia, logoterapia, acuaterapia, musicoterapia, estimulación cognitiva, atención psicológica, ocio) de Navia-Asturias con mis amigos y compañeros Celina y Teo, llevo quince años peleando contra esta amiga, ya casi familia, pues nos acompaña hasta la tumba (esta enfermedad). Y, con toda razón, es nuestra amiga Celina (50 años de edad) la que manifiesta que a los quince años se les debe adicionar el tiempo sin diagnosticar.

En defensa de la ciudadanía tengo que significarles a De Santos y a Gil que junto con mis mencionados amigos hemos recorrido de norte a sur y de este a oeste, más de 4000 km., incluidas brañas, lugares, y localidades menores y “jamás hemos visto ese rechazo social ni esas dolorosas miradas”. Diría que sucede todo lo contrario al rechazo y a esas supuestas miradas.

En la sociedad actual solamente veo comprensión y apoyo, en definitiva, lo mismo que veo en otras Asociaciones sin ser estas ONG’s, mediante actos realizados con fines iguales o distintos a los de la Asociación convocante, todo o una buena parte de las recaudaciones son entregadas a las entidades económicamente más débiles.

A la o los responsables del lema “Lo que más me duele del Parkinson es cómo me miras”, lamento decirles que no tiene nada que ver con la realidad. De hecho, lo considero inadecuado y falto de estudio y valoración de la sociedad de una solidaria ciudad como es Vigo, por ejemplo.

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