Hay animales que adquieren un gran contenido simbólico, sobre todo en las tribus nativas de América del Norte y en las tribus literarias de todas partes. Se me ocurren el escarabajo de Kafka en su Metamorfosis, el conejo de Cheshire de Lewis Carroll en su Maravillas en el país de las Alicias (creo que no era así), el gato negro y el cuervo de Edgar Allan Poe, el dinosaurio de Monterroso y el tigre que comparten Borges y Blake. Un poema de W. Szymborska agradece ser quien es y no cualquier otra persona, animal o planta, creo recordar.
A mí no me parece cosa del azar no haber nacido hormiga, aunque a veces me siento tal.., o haber nacido león, … no me saldría un rugido mínimamente plausible, o cualquier otra persona, me parece más bien cosa de una ecuación, algoritmo o cábala que tal vez nunca conozcamos.
Creo que la magia consiste en apreciar lo incomprensible y sorprendente de ser hormiga, persona o albaricoquero, pongamos por caso, e incluso de ser esa mariposa monarca que vi tatuada en la espalda de una dama. Tótem, tabú, tattoo.
Profesor, humorista, cantante y escritor.