En mi opinión hay muchas de nuestras actitudes, en lo social, lo político, lo artístico, lo ecológico, lo económico, etc., que deberíamos replantearnos por nuestro propio bien. El arte tiene el poder de invitarnos a reflexionar sobre todos estos asuntos, y este es el momento de hacerlo.
M.Lohrum es una artista transdisciplinar cuya obra se desarrolla en el dibujo performativo, combinando dibujo, performance y video. Se graduó en Bellas Artes en la Universidad de La Laguna por el itinerario de Proyectos Transdisciplinares (2013), siendo galardonada con el Premio Extraordinario de Fin de Carrera. Posteriormente se trasladó a Londres para estudiar un máster en Bellas Artes de dos años de duración en Central Saint Martins (2015-2017), donde desarrolló en profundidad sus habilidades en dibujo performativo y video. Actualmente realiza un doctorado en la Universidad de La Laguna sobre dibujo performativo, combinando la reflexión teórica y la práctica.
En los últimos años ha participado en relevantes exposiciones colectivas a nivel internacional, como ‘What we do when we cannot do what we do’ (2020, B74 Raum für Kunst, Luzern, Switzerland), ‘The Angel, Azrail’ (2020, Bétonsalon, Center for Art and Research, Paris, Francia), Studiolo XXI, Desehno e Afinidades (2019, Fundação Eugénio de Almeida, Portugal), Every Me (2019, Adana, Turquía), A Critical Rehearsal (2019, Lethaby Gallery, Londres), We Take no Responsability (2017, Copenhague, Dinamarca), Badenfahrt 18 (2017, Baden, Suiza), Complex Topography: Movement and Change, como parte de la Setouchi Triennale en Ritsurin Garden (2016, Takamatsu, Japón), y varias participaciones en los programas What is an Art School?, Studio Complex, y Come Together, comisariados por Alex Schady en colaboración con Tate Exchange (2017, 2018, y 2019, Tate Modern, Londres, Reino Unido).
Su proyecto ‘Re-Thinking the Trace’ fue seleccionado para mostrarse en tres exposiciones individuales a lo largo de 2018 y 2019 en ‘Red de Espacios TEA’ (Tenerife Espacio de las Artes), y será expuesto en The Stone Space (Londres) el próximo Julio. También ha participado en los programas de residencias Every Me Residency (2019, Adana, Turquía), D2P Residency (2018, Brighton, Reino Unido), Sample Micro-Residency (2017, Central Saint Martins, Londres) y Tokyo Geidai Residency (2016, Tokio, Japón). Ha sido finalista del Celeste Prize, Signature Prize, Zealous Stories y ganadora del Trinity Buoy Wharf Drawing Prize 2020.
¿Quién es M. Lohrum? No hablo de la dibujante o la artista; me refiero a la persona.
Soy la descendiente de una madre italiana y un padre alemán, que ha nacido y crecido en las Islas Canarias y ha cursado sus estudios superiores en Inglaterra. Esta confluencia de culturas ha marcado mucho mi personalidad. Me ha llevado no solamente a realizar una práctica artística que mezcla muchas disciplinas, sino también a hablar varios idiomas, a apreciar y abrazar diversas culturas y a valorar múltiples puntos de vista.
Acaba de ganar el primer premio del Trinity Buoy Wharf Drawing Prize de Reino Unido, uno de los más prestigiosos a nivel internacional, ¿cómo será su camino de artista a partir de ahora? ¿Cree que la exigencia será mayor debido a que, tras el premio, sus obras serán más observadas?
Imagino, y espero, que esto supondrá un gran empujón a mi carrera. Así ha ocurrido con los ganadores de ediciones anteriores. Además, es la primera vez en la historia que un dibujo performativo gana el primer premio, así que esto muy probablemente provocará una mayor expectación y atención sobre mi obra; lo cual será muy bien recibido. Seguramente a partir de ahora el volumen de trabajo irá creciendo significativamente y aumentando cada vez más. Yo seguiré trabajando como lo he hecho hasta ahora. Siempre he sido una artista comprometida, perseverante, perfeccionista y muy exigente conmigo misma, independientemente de quién esté observando mi trayectoria. Es una cuestión de carácter. Así es como soy. Tengo la suerte de ser muy organizada. Tengo la habilidad de gestionar muy bien el tiempo y sacarle mucho partido, lo que siempre me ha permitido cumplir con los objetivos y desafíos que me he marcado a mí misma. Creo en lo que hago y me dedico a ello en cuerpo y alma. Así que espero que sigan llegando nuevas oportunidades y retos.
La creación de la obra que ganó “You are It” es una mezcla de dibujo con la performance y la instalación artística. ¿Podría hablarnos un poco de dicha obra?
Si, esa mezcla de medios, como decía, es una característica de mi práctica artística.
“You are It” es una pieza participativa que elaboramos en Tenerife Espacio de las Artes en 2019. Realizamos una convocatoria en las redes sociales del TEA para que la gente acudiera a una sesión de dibujo performativo en el museo, facilitando muy poca información de antemano para no condicionar a los participantes. Solamente les pedimos que vinieran vistiendo de negro y les dijimos que el evento era apropiado para todas las edades y que no requería de ninguna experiencia previa en dibujo. Una vez allí, les expliqué a los asistentes las reglas o instrucciones de la performance, que eran las siguientes: Caminar a lo largo del papel dibujando con movimientos circulares, detenerse en cuatro puntos específicos que marcaban focos fijos que había en el espacio, y continuar la marcha únicamente cuando el siguiente participante les tocase el hombro. El título de la pieza viene precisamente de esta última instrucción: Tag, you are it es el nombre que recibe en inglés el juego de patio que en español conocemos como el tú la llevas, en el que se debe tocar a alguien para que esa persona la lleve. Me gusta mucho utilizar palabras o expresiones que provienen del mundo de los juegos infantiles en mis obras, especialmente en las piezas participativas. No solamente porque concuerdan muy bien con el carácter lúdico que tiene mi obra, sino también porque intento que los participantes de mis performances, bien sea yo u otras personas, olviden sus prejuicios y simplemente dibujen por el placer que ello conlleva. Tal y como lo hacían cuando eran niños. El lenguaje abstracto y el ingrediente performativo facilitan mucho esta aspiración.
Me interesa mucho realizar piezas participativas porque ayudan a replantearse el concepto de “autoría” de la obra, a través de la implicación del público en el proceso creativo. Si ellos no participan, la obra no existe. Y también porque creo que ensalzan el valor de la colectividad y el trabajo en equipo, incluso entre extraños, que considero muy necesarios en la sociedad tan individualista en la que vivimos.
¿Cómo y de dónde le surgió la idea de la obra?
“You are It” surgió de un proyecto expositivo titulado “Re-Thinking the Trace”, que realicé en la Red de Espacios TEA a lo largo de 2018 y 2019, y que estaba basado en el dibujo performativo y en el concepto site-specific. Este proyecto incluyó tres exposiciones en las que las obras se creaban in situ, repitiendo las mismas dinámicas en las performances pero adaptándolas a un diálogo con cada uno de los espacios expositivos. Cada una de estas exposiciones incluía una pieza de carácter participativo, en la que el público se convertía en coautor de la obra.
Cuando visité la última de las salas – el Espacio Puente de Tenerife Espacio de las Artes – para planear cómo adaptar la exposición a ese lugar en concreto, pude observar que, a diferencia de los espacios anteriores, la iluminación allí no era direccional. Esto resultaba muy notable, particularmente en la más larga de las paredes; en la que los cuatro puntos de luz que provenían del techo eran especialmente visibles. Esta particularidad podría haber supuesto un hándicap a la hora de exponer, pero yo decidí utilizarla como una oportunidad para darle estructura a la performance y al dibujo resultante. Decidí entonces que en esa pared se realizaría la pieza participativa, y que esos cuatro puntos de luz determinarían las zonas en las que los participantes se detuviesen, concentrando en ellas una mayor densidad de trazos.
¿El dibujo performativo es el camino que pretende darle a sus obras o es otra parte del conocimiento y la evolución como artista?
Desde 2016 me dedico única y exclusivamente al dibujo performativo. Es el resultado de una confluencia muy natural entre muchos de mis intereses. Me resulta muy estimulante intelectualmente y, por qué no decirlo, muy divertido. En estos momentos estoy realizando una tesis doctoral sobre el tema, y cuanto más aprendo, más consciente soy de lo que aún queda por delante, y más grande es el impulso de continuar en este camino. En él he encontrado mi voz artística, con la que de verdad me siento identificada y cómoda. Disfruto mucho explorando este lenguaje, y creo que aún tiene mucho recorrido que brindarme.
Residimos constantemente en un estado inestable que cambia continuamente, ¿el dibujo performativo es una metáfora de nuestro propio ser como individuos y de la sociedad en la que residimos?
¡Absolutamente! La contingencia e incertidumbre que caracterizan la realidad social contemporánea tiene una influencia muy directa en mi proceso creativo. Cuando realizo mis performances, siempre intento generar un marco de trabajo que me permita crear con esa sensación en el cuerpo de que, aunque planifique las cosas, no puedo controlar el proceso ni el resultado. Esa sensación de que, como si fuese agua, el control se me escapa entre los dedos; que es la sensación que tengo en mi vida cotidiana, como cualquier individuo contemporáneo en esta sociedad neoliberal globalizada. Seguro que nuestros lectores se sienten identificados con esta sensación que, a menudo, resulta muy frustrante. Aplicando esa contingencia a mi proceso creativo, yo intento transformar esa frustración en una oportunidad para aprender y sorprenderme a mí misma, tanto durante el proceso como con el resultado. Siempre digo que la reflexión en torno al propio dibujo y el acto de dibujar está en el primer plano de mi discurso, pero existe una lectura metafórica subyacente sobre la naturaleza contingente de nuestra realidad social, que resulta mucho más sutil y a veces más difícil de identificar. ¡Así que no sabes la alegría que me has dado al percibirlo!
¿Cómo ve la actualidad de la cultura?
Bueno, cultura es una palabra enorme que abarca muchísimas cosas. Pero yo diría que en general está desplazándose, o viéndose muy influida, por las nuevas tecnologías y el mundo digital. Hoy en día podemos fácilmente encontrar cualquier receta, cualquier tema musical, cualquier pintura, película o libro en la red. Esto tiene un aspecto muy positivo, que es una mayor democratización de la cultura y que se nos brinda alcance a cosas que ocurren en lugares a los que no tenemos acceso físicamente. Y esto, por ejemplo, ahora con la pandemia nos ha venido muy bien. También está propiciando que las distintas culturas permeen unas con otras y se vayan entremezclando, lo cual también me parece muy positivo. Pero al mismo tiempo, una experiencia virtual nunca tiene la profundidad ni la vivacidad de una experiencia en directo. Hay una parte muy importante de los productos culturales que se pierde cuando entra en juego la frialdad de la distancia. Quizás por eso yo personalmente sigo abogando por el contacto físico con materiales tangibles en mi trabajo. Y por supuesto por las interacciones humanas; por compartir experiencias colectivas. Claro que ahora mismo eso no resulta tan fácil, pero siempre es posible encontrar nuevos enfoques o alternativas que nos permitan compartir experiencias sin comprometer nuestra integridad ni la de los otros.
¿Y la actualidad social?
Como comentaba anteriormente, la actualidad social está muy marcada por la incertidumbre. Habitamos, como decía Zygmunt Bauman, tiempos líquidos. Y esto nos dificulta la vida a todos. No podemos realmente hacer planes a largo plazo porque hay mil factores que escapan a nuestro control y podrían acabar frustrando nuestros objetivos, y eso es realmente exasperante. Y, por si esto fuera poco, nuestra sociedad fomenta muchísimo la competitividad y el individualismo. Por eso me interesan tanto las obras participativas, que son como una pequeña píldora contra esto. Nos permiten relajarnos y disfrutar con una tarea en tiempo presente, sin preocuparnos por el resultado. Asimilando y asumiendo que ninguno de nosotros está controlando el proceso, pero sí estamos haciendo nuestra pequeña parte para que el todo funcione. Además, he apreciado algo muy positivo en esas sesiones, que es que cuando la performance termina, la gente suele quedarse por los alrededores y hablan sobre la experiencia que han compartido. Y esto para mí es un pequeño éxito; el arte consigue unir a la gente, que perfectos extraños colaboren entre ellos por un objetivo común, y que después se detengan a reflexionar e intercambiar opiniones sobra esa experiencia.
¿Cómo seres humanos y como especie dónde cree que andamos?
En un momento crítico de nuestra historia. En mi opinión hay muchas de nuestras actitudes, en lo social, lo político, lo artístico, lo ecológico, lo económico, etc., que deberíamos replantearnos por nuestro propio bien. El arte tiene el poder de invitarnos a reflexionar sobre todos estos asuntos, y este es el momento de hacerlo.
¿En qué proyectos trabaja o cuáles tiene previstos en el futuro más cercano?
A corto-medio plazo, a parte de mi tesis doctoral, tengo programadas dos exposiciones individuales; una en la Galería Manuel Ojeda, en Canarias, y otra en The Stone Space, en Londres, y participaré en diversas exposiciones colectivas en Inglaterra y Suiza. Espero y supongo, ya que así suele ocurrir, que a medida que avance el año vayan surgiendo más proyectos.